La velocidad del flujo de la película EVA (etileno-acetato de vinilo) durante el proceso de laminación está influenciada por varios factores, incluida la temperatura y las características específicas del material EVA.

EVA es un material termoplástico con un punto de fusión distinto. Cuando se cruza este punto, el polímero se encuentra en estado completamente fundido. El índice de fluidez en fusión (MFI) del EVA también es significativamente más alto que el de otros polímeros como el PVB (polivinilbutiral). Esto significa que cuando el polímero EVA se funde, también es muy “líquido”, lo que le permite llenar grandes huecos de manera eficiente durante el proceso de laminación. Un proceso típico de horno de vacío para EVA comienza con un vacío frío a temperatura ambiente (20°C), donde normalmente el vacío se mantiene durante 30 minutos por metro cuadrado de superficie laminada. Luego la bolsa de vacío se puede calentar hasta 85°C en 30 minutos. En un segundo paso, el horno se calienta a 130°C –150°C, según el caso específico. Cuando se necesita mucho flujo, como en el caso de vidrios con una estructura superficial profunda, se prefiere una temperatura más alta. La temperatura alta debe mantenerse durante 1 a 3 horas, dependiendo del espesor del vidrio y del grado de curado del EVA. También vale la pena señalar que EVA es ideal para la fabricación de hornos de vacío sin autoclave debido a sus buenas propiedades de flujo. A menudo es el método elegido cuando es necesario procesar laminados complejos con vidrio y/o inserciones estructurados y/o curvados.

En resumen, la velocidad del flujo de la película EVA durante la laminación está influenciada por las propiedades específicas del material EVA y las condiciones bajo las cuales se lleva a cabo el proceso de laminación. El alto índice de flujo de fusión del EVA le permite fluir y llenar los huecos de manera eficiente durante el proceso de laminación, particularmente cuando la temperatura del proceso se mantiene a un nivel alto.